La mujer se refugiaba en una conocida peluquería de la zona presa de un ataque de ansiedad y pánico, desde allí se daba la alerta y coches de la guardia civil y policía local peinaban la zona para intentar capturar a los ladrones, dos jóvenes de ascendencia magrebí según las explicaciones dadas por la asaltada. Uno de ellos llevaba una capucha y el otro iba a cara descubierta.
Tras ello los agentes desplazaban al puesto de la guardia civil a la mujer robada donde pondría la correspondiente denuncia y daba más datos sobre el suceso.